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sábado, julio 29, 2006

Una historia...


Antes de que se me pase, bueno, en todo caso es imposible que se me olvide, pero ...

Me costó mucho decidirme y hace tiempo quería tener su número y que conversáramos, sabía que me hacía falta hablar con él. Habían pasado dos años desde la última vez que nos vimos y compartimos algunas palabras, todos decían que había cambiado mucho, pero para mí era imprescindible descubrirlo. Tomé todas mis fuerzas que no tengo, la patudez que no me caracteriza, las agallas que tomé prestadas, respiré bien profundo y marqué, eran apenas siete números y parecían mil, sonó dos veces el bip y parecieron cien, me respondió una voz familiar, pero más madura, desde un hola, con la excusa de una simple invitación para el día siguiente, pasamos a una hora, sin yo aún decirle el motivo del llamado, pero ya habiendo compartido la importancia de lo que ambos estudiamos y cómo nos entendemos y cruzamos en nuestros campos, dos personas preparándose para ser autoridad, qué cómico parecía, dos historias separadas unidas por intereses y de nuevo como que me encontré con un yo, pero versión masculina, fue muy agradable y así pasaron los minutos y de pronto horas y abrí mi corazón, le conté lo más íntimo de mi vida, cuando estábamos prontos a completar las 4 horas y él con completa honestidad y siendo muy directo, además de cautivarme porque es una cualidad que me encantaría tener, dijo tantas cosas que parece que se grabaron en mí. Aprendimos mucho, fueron cinco horas al amparo de la noche. Nos quedamos con "chistoso", "wachuleru" y "qué mal!!"...nos llevamos re bien y según él, "le salvé la noche".
Dos días después hablamos nuevamente por cuatro horas...miles de teorías, miles de experiencias y hasta el sistema se metió en medio, al día siguiente nos vimos, pero eso es...otra historia.

Momento del día: "Hola, necesito dos entradas para el sábado"

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