Con mi madre solíamos ir al cine todas las semanas. Mi trabajo consistía básicamente en conocer la cartelera, tener reseñas de las películas, conocer ciertas críticas y, por supuesto, el estreno semanal.
Cada miércoles esperaba el llamado de mi madre desde su trabajo entre las cuatro y las seis peeme.
Subía, abría mis cajones y escogía cuidadosamente cada prenda y la dejaba encima de la cama, empezaba a tomar actitud, tenía que verme mayor, dos años más por lo menos. Recuerdo veces que tenía casi prohibido sonreír pues uno de mis colmillos estaba creciendo, era un delator.
Nos juntábamos, después de un abrazo con narices heladas, nos tomábamos de la mano y caminábamos por el iluminado pasillo interior, nuestros pasos eran diligentes, mi corazón reventaba de expectación.
Cada película era un mundo nuevo, desconocido, maravilloso, algunas veces teníamos experiencias casi oníricas.
Empecé a vivir en un mundo distinto, donde las frases para el bronce abundan, comencé a creer en cosas, a luchar por ellas, esas cosas eran más bien abstractas, eran ideales, valores y hartos sueños, yo miraba mi realidad y pensaba en mis sueños y veía la diferencia que se dibujaba, cuán sencillo parecía borrar esas líneas.
Sabía que había finales felices, finales tristes, finales inesperados, finales llorados, finales con carcajadas, finales con aplausos, finales con leventarte del asiento antes de que empiecen los créditos.
Hoy, me encuentro con que he olvidado algunos de esos finales, escribo "The End" en la pantalla mientras sigo de pie sola en un escenario real, los focos me apuntan y yo tengo mi parlamento listo para cuando lleguen esos actores que chorreen de felicidad y por fin podamos dar un buen término a la película, no es una obra de arte, es un episodio real de lo que se puede llamar vida. Sigo esperando, viviendo en el mundo irreal de los finales felices, sin tomar en cuenta que estoy viviendo muchos finales pequeños, estoy dando muchos pasos que me llevarán al tránsito por el camino que más se me ajuste, debo aprender que no siempre todo terminará con una sonrisa dibujada en mi rostro y con mi pie levantado.
Momento del día: No me olvido !!!
lunes, abril 14, 2008
Waiting for The End
By Mass 1 comentarios en 10:54 p.m.
sábado, abril 05, 2008
Where I live..
donde yo vivo es un lugar apacible, los perros merodean la plaza y las avenidas, buscan comida, un niño cruza de un lado a otro saltando en un pie, los juegos yacen vacíos en las lánguidas horas de la tarde, una madre sale a llamar a sus críos con la cuchara de palo en la mano izquierda, con su delantal bien limpio, los árboles se mecen lento al vaivén del viento tras la reja de cada casa, comienza la comedia y no anda un alma. Al ir muriendo la tarde, los niños atestan de gritos y risas incontenibles esa plaza, con la llegada de las estrellas ellos se marchan y todo comienza de nuevo.
Momento del día: Cinco de Abril no es cualquier fecha en cualquier calendario, en cualquier vida
Momento del día 2: Almuerzo y "paseo"... tarde, lágrimas contenidas.
By Mass 0 comentarios en 6:39 p.m.